No es algo nuevo decir que Barcelona es una de las ciudades más atractivas para el turismo ya que posee joyas culturales. Millones de personas quieren visitar la ciudad para conocer los legados del Modernismo de Gaudí (Sagrada Familia, Park Güell), las Ramblas, sus hermosas playas, entre otros atractivos. Es evidente que cada año el número de turistas asciende vertiginosamente. Para los barceloneses el éxito turístico se está convirtiendo en fuente de problemas para los vecinos de la zona.
Sagrada Familia segundo atractivo más visitado de Europa |
Alrededor de 27 millones de turistas recorren la capital catalana y con ellos se generan problemas para los vecinos. Uno de los mayores problemas es la excesiva aglomeración en las calles principales, otro problema es el encarecimiento de los precios de la vivienda, lo que ha redundado en que la gente que ha vivido toda su vida en estos barrios emblemáticos tenga que salir porque no puede pagar el arriendo. Es por esto que los ciudadanos se organizaron y salieron a las calles a protestar por los problemas que surgen del turismo.
Vecino se quejan bajo el lema “Barcelona no está en venta” |
Los barceloneses reclaman que ya no pisan la Rambla. Es más la evitan. El paseo que fue durante muchos años el centro de la vida cultural y del entretenimiento de los catalanes se ha convertido en un refugio solamente de turistas que llegan y destruyen todo a su paso. Lugares donde había cafés son ocupados por las grandes marcas de comida rápida, donde antes eran tiendas con textiles catalanes, ahora fueron reemplazados por multinacionales textiles. Todo con el fin de alimentar la cultura turística de la ciudad. Es por esto que encuestas a la población determinaron que para la gente el turismo en vez de ser un motivo de orgullo de su ciudad se ha convertido en el segundo problema que más afecta a todos. Por ello los vecinos se han organizado y han marchado bajo el lema “Barcelona no está en venta”.