La plaza de Catalunya se volvió a llenar esta noche con cerca de 5.000 personas que no temen un desalojo policial durante el sábado. Numerosos ciudadanos han participado en las protestas y actividades de la jornada y los organizadores han pedido que lleven flores para recibir la jornada de reflexión a media noche. Decenas de personas han entrado en un edificio abandonado y han colgado un cartel que decía “La democracia no está muerta”.
Durante la tarde, cientos de niños se han sumado a la concentración de la plaza, convertida por los acampados en un gigantesco festival al aire libre con actuaciones musicales infantiles, teatro y performances. Pasadas las seis de la tarde, un hombre, disfrazado con un pellejo marrón, simulando a un troglodita, hacía cantar y bailar a los más pequeños con canciones de niños. Padres como Miriam y Eveli, de 41 y 42 años, querían sumarse junto a sus hijos a la protesta. Las familias, muchas con helado en mano, son las protagonistas de la protesta.
Y mientras los críos disfrutaban de la actuación, las sesudas charlas sobre el futuro del país seguían. Tanto era así que los eventos se entremezclaban y era casi imposible abrirse paso. A un lado, un juego de niños; al otro, el debate sobre el futuro, bajo la amenaza de la decisión de la Junta Electoral Provincial secundando la de la Central que dice que la acampada es ilegal y ha de disolverse. El Gobierno catalán ha insinuado, en cualquier caso, que no desalojará la concentración a no ser que haya disturbios.
En la plaza se palpa la sensación de que los Mossos d’Esquadra no les van a echar. “Demostrarían que son muy poca cosa y muy poco inteligentes”, indicaba Francesc Meca, de 68 años, junto a su mujer, Rosa María Matamoros, de 62. Los dos se han sumado a los cientos de personas que han paseado esta tarde por la plaza de Cataluña para sumarse a la protesta.
Los acampados han dividido el lugar en tres zonas (Tahrir, Islandia y Palestina) y han colgado carteles con las actividades que se celebran en cada una de ellas. De esa forma, los protestantes encuentran con facilidad lo que les interesa. El acto central de la jornada se celebrará, igual que ayer, a las nueve de la noche, cuando está prevista una cacerolada. En la de ayer participaron miles de personas.
La plaza se ha convertido en el corazón de la protesta en Barcelona, en la que no falta desde un área de dedicada a la cocina; casetas donde se informa de los recortes sanitarios que está ejecutando la Generalitat y un sector en el que los jóvenes indignados cuelgan con pinzas folios en los que explican la precariedad de su situación laboral.