Anders Behring confesó ser el autor de los ataques terroristas en Noruega |
Anders Behring, autor del mayor ataque terrorista en la historia de Noruega, enterró las armas y sus disfraces para que su madre no sospechara.
Vivía aterrorizado pensando que iba a ser descubierto.
Tomó anabolizantes para preparase para la matanza contra los jóvenes del campamento de Utoya.
Anders Behring Breivik escribió un documento en el que relata como preparó el atentado que ha costado la vida a decenas de personas en Noruega, hasta el momento se ha confirmado la muerte de 76 personas, aunque en un inicio se llegó a hablar hasta de 93 muertos.
Horas antes del ataque habría subido a internet un manifiesto que tiene 1.500 páginas y fue enviado también a un partido político finlandés de derecha.
El detenido ha dicho a la Policía que las muertes “eran crueles, pero necesarias”. El ‘libro’ desentraña su teoría revolucionaria, sentada sobre la base de que la ideología marxista ha destruido Europa desde la II Guerra Mundial. Varios pasajes se refieren a la amenaza de la colonización islámica, y a su plan para construir una sociedad mejor.
Cinco días antes del atentado, Anders Behring, noruego, soltero y de 32 años, activó su supuesto perfil de Facebook con su música favorita, canciones con títulos como ‘El mundo se desmenuza’ o ‘Sonido de adiós’. El principal sospechoso por el doble atentado dice ser aficionado a la caza y entre sus películas y series favoritas están ‘Gladiator’ o ‘300’, todas con un carácter violento y bélico, como los videojuegos que destaca.
Cristiano y conservador, la Policía, además, lo califica de islamófobo. Era el director de una granja. Su negocio podría haber sido la estrategia para comprar fertilizantes con los que elaborar los explosivos sin levantar sospechas. En mayo compró seis toneladas de estos productos. En Twitter, una única frase a modo de lema: “Una persona con creencias equivale a la fuerza de cien mil que solo tienen intereses”.
Anders Behring Breivik terrorista noruego |
Anders Behring Breivik, sospechoso de los ataques que el viernes costaron la vida a 76 personas en Noruega, reconoció este lunes los hechos durante su primera comparecencia ante un tribunal y permanecerá al menos ocho semanas en prisión preventiva, aunque no se declaró culpable.
La juez Kim Heger anunció a la prensa que al término de las primeras ocho semanas la prisión preventiva podría ser renovada. El tribunal precisó que pasará cuatro semanas en régimen de aislamiento total.
Durante la audiencia, el sospechoso, de 32 años de edad, afirmó haber querido con estos ataques defender a su país y a Europa contra el islam y el marxismo, declaró Heger.
Según el fiscal, el joven se declaró dispuesto a pasar toda su vida en la cárcel.
Según la juez, Behring Breivik afirmó asimismo que el objetivo de los ataques no era causar el mayor número posible de víctimas.
La policía revisó este lunes el balance de los dos ataques perpetrados el viernes, reduciéndolo de 93 a 76 víctimas mortales.
El sospechoso, al que no se autorizó a comparecer en uniforme en la sala, aludió a la existencia de “otras dos células” en su organización, precisó un actuario del tribunal, Geir Engebretsen, en una rueda de prensa.
La audiencia, que duró unos 40 minutos, tuvo lugar a puerta cerrada por deseo de la policía.
“Existen informaciones concretas que indican que una audiencia pública, en presencia del sospechoso, puede provocar una situación extraordinaria y extremadamente delicada para la investigación y la seguridad”, había explicado previamente la juez Heger para justificar esta decisión.
Según la agencia NTB, Anders Behring Breivik llegó al tribunal por una entrada trasera del edificio y personas que se estacionaban cerca atacaron el vehículo que lo transportaba, un Mercedes blindado, según la prensa, gritándole “traidor” y “canalla asesino”.
La masacre provocó una ola de indignación y solidaridad en el mundo.
Todos los países nórdicos observaron este lunes un minuto de silencio a la misma hora en solidaridad con Noruega.
El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo este lunes en Londres que la masacre es “un hecho muy grave” que requiere “una respuesta europea, compartida, en defensa de la libertad y la democracia”.
En una conferencia de prensa conjunta tras entrevistarse con su homólogo británico David Cameron, Zapatero añadió que “es una de las mayores tragedias que hemos vivido en décadas”.
Planificada desde hace tiempo, la masacre fue una de las más sangrientas de la historia noruega.
La policía precisó que el número de muertos en el tiroteo contra una concentración de jóvenes laboristas en la isla de Utoya bajó a 68, frente a los 86 barajados hasta ahora, y el del atentado con bomba contra la sede el gobierno en Oslo subió a ocho, en vez de siete.
Todos los cuerpos de las víctimas fueron evacuados de la isla, lo que ha permitido precisar el balance, explicó un portavoz.
Justo antes de la matanza, Anders Behring Breivik difundió en internet un manifiesto de 1.500 páginas en el que se presenta como un “cruzado” comprometido en la lucha contra el islam y especialmente contra el marxismo.
En su manifiesto, lleno de diatribas islamófobas y antimarxistas, redactado en inglés y titulado “A European Declaration of Independence – 2083”, explica que decidió empezar a preparar los ataques en el otoño de 2009, y detalla la que sería su forma de actuar.
En Noruega, donde la pena máxima es de 21 años de prisión, algunas voces reclamaron restablecer la pena de muerte.
En la isla de Utoya, el sospechoso, disfrazado de policía y en posesión de dos armas de fuego, entre ellas un fusil automático, disparó durante más de una hora contra los muchachos que habían asistido a un campamento de verano de la juventud laborista.
Los sobrevivientes explicaron que disparó contra jóvenes que trataban de huir nadando, remató a los heridos y tiró contra las tiendas de campaña.
La policía analiza ahora el contenido del documento titulado “2083 A European Declaration of Independence”, en inglés y de 1.500 páginas, en que entre otras cosas declaraba la “guerra de sangre” contra inmigrantes y marxistas y que fue colgado en internet el mismo viernes, pocas horas antes de ambos ataques.
Behring, quien en los interrogatorios ha admitido estar detrás de la tragedia y calificó los ataques de “atroces, pero necesarios”, según explicó ayer su abogado, describe en ese largo texto al islam como “la principal ideología genocida” y habla de lanzar una cruzada contra el “marxismo cultural”.
De acuerdo con las investigaciones en curso, el largo documento está firmado el viernes, a las 12.51, aproximadamente una hora y media antes del estallido del coche bomba en el complejo gubernamental de Oslo, donde murieron siete personas.
Otra hora y media después irrumpió armado en la isla, donde centenares de jóvenes participaban en el encuentro de las juventudes socialdemócratas.
El documento de internet revela una minuciosa preparación para sus ataques, según fuentes policiales, que arrancaría de otoño de 2009.
El terror como herramienta
En ese material, el presunto agresor defiende el terrorismo como “método para despertar a las masas” y se dice preparado a que se le considere “el peor monstruo desde la Segunda Guerra Mundial”.
El sospechoso está ligado a grupos ultraderechistas, fundamentalistas cristianos e islamófobos y reconoció ante las fuerzas de seguridad estar tras los atentados, según explicó ayer su abogado, Geir Lippestad.
Agregó que Behring no negó nada de lo que hizo y se prestó a colaborar con la investigación, “aportar evidencias”, así como el móvil que le llevó a perpetrar la masacre. Sobre la preparación del doble ataque, el abogado afirmó que el detenido planeó “durante muchos años” cómo ejecutar su matanza.
Las fuerzas de seguridad cuentan con que la cifra definitiva de muertos se elevará en las próximas horas.
Está previsto que este domingo el sospechoso sea examinado por un equipo de médicos y el lunes pasará a disposición del juzgado de distrito de Oslo.
Cómo entender la masacre de Noruega?
A sus ojos de psicópata, esta debe ser la masacre perfecta: 76 muertos y todo un país en shock. Anders Behring Breivik confesó que esta es su obra, la que lo hará entrar en los libros de historia. Es su aldabonazo a una Noruega que, según él, perdió el rumbo por sus flaquezas liberales.
El viernes 22 de julio, Behring Breivik cargó de explosivos un automóvil que estalló fuera de las oficinas del primer ministro Jens Stoltenberg en Oslo, causando la muerte de 7 personas. Poco después se apareció en un retiro de jóvenes del gobernante Partido Laborista en la isla de Utøya, a 40 kilómetros de la capital.
Según testigos, el hombre, vestido con un uniforme de policía, pidió que los adolescentes se congregaran para hablarles del atentado de Oslo. Cuando estos se acercaron, procedió a dispararles a mansalva. El diario noruego Aftenposten afirma que la matanza se prolongó por media hora.
Behring Breivik venía cultivando desde hace tiempo sus antipatías. En Document.no, una página de internet crítica del establishment noruego desde posiciones de extrema derecha, el joven dejó constancia de cuánto le disgustaba la supuesta pasividad de los políticos ante la islamización de Europa.
En un foro de la mencionada página, Anders Behring se quejaba en diciembre de 2009 de lo que él llama “zonas prohibidas” para no musulmanes:
“Hay más de 30 zonas prohibidas para no musulmanes en Noruega y en otros países de Europa Occidental, proporcional a la concentración de población musulmana en varias ciudades. En Francia hay probablemente más de 751. ¡Les garantizo que hay más de mil y aumentan por día!”
Y definía así su concepto de zona prohibida para no musulmanes:
“1. Las jóvenes / mujeres no musulmanas borrachas y con poca ropa que se adentran en ella están bajo peligro de violación, violencia física, robo y acoso.
2. Es donde los jóvenes no musulmanes están bajo inminente peligro de acoso, robo y actos de violencia por parte de bandas o individuos musulmanes.
3. Es donde los no musulmanes que expresan su individualidad en sus tres aspectos (religioso, sexual y cultural) están bajo peligro de acoso físico / psicológico o de robo por parte de los musulmanes”
En los próximos días o semanas sabremos quizás cómo Behring Breivik pasó de sustentar opiniones tan extremas y exageradas del fracaso de la integración de los musulmanes en las sociedades europeas, a un crimen horrendo e injustificable que obedece más a una mente perturbada que a una ideología.
Sin embargo, no debe pasarse por alto el caldo de cultivo para que surja alguien como Anders Behring Breivik, no solo en Noruega sino en aquellos países europeos donde la población autóctona recela, con o sin razón, de una minoría renuente a adoptar los valores de la mayoría.
Lamentablemente los políticos en Europa Occidental no parecen dispuestos a abordar el problema. A lo más que se llega es a discursos donde se reconoce que la llamada sociedad multicultural no existe. La única excepción es la del presidente de Francia Nicolas Sarkozy que logró una simbólica prohibición del niqab, la versión más estricta del velo musulmán.
En cuanto a Noruega, el primer ministro Stoltenberg y sus sucesores deberían tener en cuenta que una parte considerable de la población – se calcula que es la mitad – considera la inmigración como un problema y desea que los ingresos del petróleo se gasten más en el país y no en ayuda externa.
Evitar que aparezcan otros Behring Breiviks demanda no solo vigilancia y medidas coercitivas, sino encontrar formas más eficaces de integrar las minorías musulmanas al resto de la sociedad. Lamentablemente esa no parece ser la prioridad de los gobiernos europeos hoy tan atentos a los males de sus economías.