Rafael Nadal clasificó a la final del Roland Garros |
Rafael Nadal se regaló por su 25º cumpleaños el paso a la final de Roland Garros después de doblegar a Andy Murray en tres sets. El balear, que firma un bagaje de 44-1 sobre la arcilla parisina, buscará su sexta Copa de los Mosqueteros -hito que sólo ha conseguido Björn Borg hasta la fecha- ante Novak Djokovic o Roger Federer el próximo domingo.
Era el mejor regalo de cumpleaños que Rafa Nadal se podía hacer a sí mismo. Una victoria que le diera el billete para la gran final de Roland Garros del próximo domingo. Un triunfo que tuvo como víctima a Andy Murray, que seguirá con el ‘debe’ de jugar al menos una final sobre tierra batida, al que derrotó por un marcador global de 6-4, 7-5 y 6-4 tras tres horas y diecisiete minutos de juego en el choque que abrió la jornada en la Philippe Chatrier.
El partido caminó muy lento en los primeros compases, con intensos y largos intercambios desde el fondo de la pista rotos sólo por las continuas dejadas que se jugó Murray. Fue el recurso al que más partido sacó el escocés, pues ni el servicio, arma letal en otro tipo de superficies, ni la derecha, que tan bien había calibrado en rondas anteriores, le funcionaron con eficacia. Sin embargo, el principal problema de Andy sigue estando en su cabeza. Cuando Nadal logró romperle el servicio en el cuarto juego, y más tras desperdiciar tres opciones de contrabreak a continuación, el de Dunblane de vino abajo y cedió prácticamente el set. Nadal, que volvió a ligar sus mejores momentos con la ejecución perfecta de su drive, llegó a verse con 5-1 en el marcador, renta que estuvo a punto de dejar escapar tras la reacción a última hora del escocés, que tuvo tres opciones de igualar la contienda. Los errores con el revés de Murray, para muchos su mejor golpe, y el alto nivel exhibido por Nadal cuando se vio en el abismo, permitieron al balear cerrar a su favor la primera manga.
31 bolas de break, 9 rupturas
El juego perdió brillantez en el comienzo del segundo acto por culpa del viento, que quiso ser protagonista molestando a ambos jugadores por igual. Tras unos primeros juegos de tanteo, el resto comenzó a imponerse al servicio, viviendo una concatenación de rupturas de la que salió bien parado Nadal, que supo leer mejor el partido, siendo más fuerte mentalmente que su rival. A pesar de que el servicio de Murray comenzó a funcionar, con ‘sartenazos’ que alcanzaron los 217 km/h, los intercambios comenzaron a caer del lado del español. Un break de Rafa en el undécimo juego fue definitivo para que el número 1 del mundo se apuntara el set y pusiera pie y medio en la siguiente fase.
Murray buscó la heroica, como ya hizo sobre este escenario ante Victor Troicki, al que remontó dos sets adversos. Pero ni Nadal es el serbio ni el partido tenía escrito el mismo guión. El escocés cedió el servicio en el juego inicial del tercer acto y nadó a contracorriente hasta que se llegó a la orilla. Nadal, que pudo haber dado la puntilla al duelo en más de una ocasión, sufrió para administrar la renta, pero se apoyó en el saque al cuerpo, el revés paralelo y un drive exquisito para poner el punto y final a un choque que estuivo tan parejo y competido como luce el resultado final.
Nadal acumula 17 horas de juego para llegar a la final, habiendo doblegado en el camino a John Isner, Pablo Andújar, Antonio Veic, Ivan Ljubicic, Robin Soderling y Andy Murray, a estos dos últimos a un nivel más que aceptable como para luchar por la Copa de los Mosqueteros. Su rival por el título en la final del próximo domingo saldrá del duelo que enfrenta al serbio Novak Djokovic, invicto en lo que llevamos de temporada (41 triunfos, 7 títulos) y el suizo Roger Federer, campeón en París en 2009.